Y no me llamaré más Jacob (Ediciones La Isla de Siltolá, 2016).

 

«Le tranquilizaba pensar que ya sabía cómo se sentía un maniquí, por lo menos, al hacer el amor», se consuela la actriz de teatro israelí cuyo derrumbe se retrata a partir de tres de sus amantes. En el sur de Francia, la sombra del nazismo se cierne sobre un joven historiador que busca conocer el verdadero rostro del anciano alemán que lo aficionó a la lectura. En Estados Unidos, una joven bibliotecaria, un viajero y un viejo impresor luchan por no perderse en su pasado en lo que esperan a su futuro. Y mientras tanto, David Aliaga se entromete en su obra para escribirse como un narrador que le permita comprender su decisión de convertirse al judaísmo. Y no me llamaré Jacob es una ficción que dialoga con la memoria y la identidad. Una obra que desde la trama y la experimentación con el lenguaje ahonda en las preguntas que le formulamos a ese ser que llamamos «yo», a sus recuerdos y a sus lealtades.

 

«Algunas de estas piezas son piezas maestras». Andreu NavarraQuimera. 

 

«David Aliaga es uno de los narradores jóvenes más prometedores de la última hornada». Diego PradoLibrújula. 


Hielo (Paralelo Sur, 2014).


Un hombre que llega huyendo al extremo norte de Islandia, un enfermero de Reykiavik que se enfrenta a una terrible acusación, una mujer que transita por sus días esquivando los vacíos que la hostigan mientras su hijo se refugia en el ruido destructivo del black metal. Cuatro personajes que nos conducen por los paisajes helados de Islandia enfrentados a un hecho que les ha condenado a verse desnudos frente al espejo. Hielo narra los días en que estos personajes son obligados a hacer frente al dolor de saber, el riesgo de decidir, a la necesidad de preservar las mentiras y afrontar la desazón que les produce la verdad.


«Hielo trasciende el deja-vu desde su contención y su elegancia, desde su habilidad para generar chispazos líricos y anudar los capítulos a su alrededor: desde una madurez, en definitiva, inesperada en un autor de 25 años». Milo J. Krmpotic’, Qué leer

 

«Una novela que no os va a dejar fríos pese a su título». Eva Díaz,Cadena SER 

 


Inercia gris (Base, 2013).

 

«Debe de haber muchos como él viajando en el transporte público de Nueva York. Un proceso de divorcio, la añoranza por la madre muerta, la frustración profesional o un embarazo que no se produce son transportados de una punta a otra de la ciudad en apenas media hora. Al menos una decena por tren. Y pasa un convoy cada tres minutos, veinte cada hora, doscientos cuarenta al día en cada sentido, que multiplicados por veinticuatro líneas escupen ciento quince mil quinientos veinte padecimientos transportados en una jornada de servicio sin que nadie haya reparado en ello».


Con una voz narrativa precisa y serena, David Aliaga nos sitúa frente a hombres y mujeres que cargan con su dolor y sus pecados en silencio. La exploración del fracaso que acomete articula una obra en la que cada cuento complementa el significado de los demás para acabar componiendo una perspectiva poliédrica de la derrota del ser humano frente al estilo de vida contemporáneo.


«La poética del iceberg y el desenlace abierto que trabaja Aliaga es tan contundente como incómoda para el lector perezoso». Matías Néspolo, El Mundo

 

«Un magnífico libro de cuentos». Ferran Aisa, El Punt-Avui